Energía

Transición energética: hidrógeno verde y cobalto

De 2025 a 2030, la transición energética traerá a nivel mundial inversiones mineras globales acumuladas de 1.7 billones de dólares.

La UNCTAD resalto que esto implica una gran oportunidad para países como la República Democrática del Congo, que en 2022 abarcó 68% de la producción mundial de minas de cobalto y 48% de los recursos mundiales de cobalto.

En lugar de contribuir a las “maldiciones de los recursos”, la extracción de estos recursos debería vincularse con cadenas de valor nacionales o regionales de productos a base de minerales.

El reciente acuerdo entre la República Democrática del Congo y Zambia para fabricar conjuntamente precursores de baterías de automóviles eléctricos es un ejemplo de lo que podrían hacer los países en desarrollo que dependen de los productos básicos (CDDC, por su sigla en inglés).

Según la UNCTAD, los esfuerzos hacia una transición energética dependerán del punto de partida de un país, incluida su capacidad para invertir, así como de las capacidades existentes.

Si bien los países tecnológicamente avanzados pueden tener los recursos y las capacidades para introducir tecnologías renovables, los países de bajos ingresos pueden priorizar el acceso a la energía o tecnologías de cocina limpias al tiempo que crean capacidad para desarrollar energías renovables, como las industrias eólica o solar.

Transición energética

Al mismo tiempo, los CDDC exportadores de combustible pueden inicialmente pasar del petróleo y el carbón al gas natural, mientras avanzan hacia fuentes de energía más ecológicas.

Los esfuerzos de descarbonización de Chile, por ejemplo, se han complementado con medidas para distribuir los beneficios de manera más equitativa entre la población.

El país, que depende en gran medida de la minería del cobre, tiene un enorme potencial para la energía renovable y ha estado explorando vías para discontinuar gradualmente el uso de combustibles fósiles en favor de la energía solar y eólica.

También a UNCTAD refirió que Chile tiene la ambición de convertirse en un exportador de hidrógeno verde.

Para respaldar estos objetivos, el Plan Nacional de Energía del país prevé planes inclusivos de capacitación y capacitación para trabajadores nuevos y existentes y, en coordinación con instituciones de investigación, está trabajando en la capacitación y certificación de 27,000 personas para 2030.

 

Redacción Opportimes

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