Diez senadores de Estados Unidos cinco republicanos y cinco demócratas, presentaron una iniciativa que obligaría al Presidente de ese país a recibir autorización del Congreso cuando quiera subir aranceles argumentando razones de seguridad nacional.
El presidente estadounidense, Donald Trump, utilizó este recurso para imponer aranceles globales de 25% a las importaciones de acero y de 10% a las de aluminio, y su gobierno ha iniciado una investigación para analizar si establece, de igual forma, un alza de tarifas en las importaciones de automóviles y otros productos automotrices.
La propuesta bipartidista es impulsada por el presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Senado, el republicano de Tennessee Bob Corker.
En la OMC, Estados Unidos argumentó que el Presidente determinó que los aranceles eran necesarios para ajustar las importaciones de artículos de acero y aluminio que amenazan menoscabar la seguridad nacional de Estados Unidos.
Adujo que las cuestiones relativas a la seguridad nacional son asuntos políticos que no son susceptibles de examen, ni pueden ser objeto de resolución en el marco de la solución de diferencias en la OMC.
Cada Miembro de la OMC, por consiguiente, conserva la facultad de determinar por sí mismo los asuntos que estime necesarios para la protección de los intereses esenciales de su seguridad, como queda reflejado, según el gobierno estadounidense, en el texto del artículo XXI del GATT de 1994.
De acuerdo con la agencia Notimex, al conocer la iniciativa, Trump llamó por teléfono a Corker para pedirle sin éxito que no la presentara, y tras la entrega del proyecto de ley, la Casa Blanca invitó la tarde del miércoles a un grupo de republicanos a dialogar con Trump.
“(Trump) no está complacido con este esfuerzo”, reveló Corker en entrevista con CNN, pero “yo soy un senador estadunidense y tengo responsabilidades y las voy a seguir cumpliendo”, agregó el legislador, que se retirará a finales del año.
La próxima cumbre importante es la del G7, integrado Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos. Sus representantes se reúnen anualmente en lugares pertenecientes a alguno de los miembros. La finalidad de estas reuniones es analizar el estado de la política y las economías internacionales e intentar aunar posiciones respecto a las decisiones que se toman en torno al sistema económico y político mundial.
La cumbre del G7 que se celebrará el viernes y sábado en Quebec debería dar lugar a «conversaciones francas y en ocasiones difíciles» sobre comercio con el presidente estadounidense Trump advirtió el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
«Habrá conversaciones francas y en ocasiones difíciles en torno a la mesa del G7, particularmente con el presidente estadounidense, sobre comercio, sobre aranceles», dijo Trudeau en una conferencia de prensa.