Pemex deberá competir para la comercialización de hidrocarburos a partir de 2018
La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) ya no podrá contratar a Petróleos Mexicanos (Pemex) en forma directa para la comercialización de hidrocarburos a partir de 2018, de acuerdo con las leyes mexicanas.
Según la Ley de Hidrocarburos, hay tres modalidades de comercialización de los hidrocarburos extraídos. Las empresas privadas pueden: comercializar directamente los hidrocarburos que se les da como contraprestación (contratos de licencia); entregar la totalidad o parte de la producción a la empresa comercializadora del Estado (contratos de servicios o de utilidad compartida), o entregar parte a la empresa comercializadora del Estado y comercializar directamente el resto (contratos de producción compartida).
La Ley dispone que el Estado deba comercializar los hidrocarburos a través de una empresa comercializadora contratada por la CNH. De forma transitoria, la CNH puede contratar directamente a Pemex o a alguna de sus empresas subsidiarias hasta finales de 2017 para que actúe como comercializadora (el contrato no podrá renovarse). En 2018, se seleccionará la empresa comercializadora mediante licitación.
La Ronda Uno de licitación de contratos de exploración y extracción de hidrocarburos inició en 2014. En noviembre de 2016 se completaron las cuatro convocatorias previstas mediante las cuales se adjudicaron 38 contratos de producción compartida o de licencia.
En noviembre de 2016 se anunció las convocatorias de la Ronda Dos por medio de la cual se licitaron 41 áreas para exploración y extracción. Para garantizar la transparencia, la información relativa a un contrato (por ejemplo, términos y condiciones, pagos realizados a los contratistas o ingresos percibidos por el Estado) tiene que publicarse en la página Internet www.rondasmexico.gob.mx o, una vez firmado el contrato, en la página Internet de la CNH.
Desde la expropiación de las empresas petroleras por el gobierno mexicano en 1938, los mercados de la energía en México habían sido propiedad del Estado y permanecieron prácticamente cerrados a la inversión privada. Sin embargo, en 2013, México aprobó varias reformas, entre ellas la energética, que abrió oportunidades a las empresas privadas, nacionales y extranjeras.
