La capacidad de producción de sosa cáustica en México en 2018 fue de 594,000 toneladas y la de cloro totalizó 551,000 toneladas, con una participación de 29.3 y 28.3% de Mexichem, respectivamente.
En específico, la sosa cáustica tiene un gran número de usos industriales en México, incluyendo productos de químicos orgánicos e inorgánicos, así como en la producción de jabones y detergentes, cada uno de ellos representando el 21% del total de la demanda de dicho producto.
En 2018, la demanda de cloro en México aumentó en 3%, respecto a 2017, año en el que los niveles de producción cayeron por el incidente en PMV, mientras que la demanda de sosa cáustica aumentó 1% año contra año de acuerdo con IHS Markit.
PMV son las siglas de Petroquímica Mexicana de Vinilo, que hasta el 16 de noviembre de 2018 era una coinversión entre Mexichem y Pemex.
Entre el sinfín de aplicaciones que tiene la sosa cáustica se encuentran: la producción de aceites, jabones y detergentes, regeneración de resinas de intercambio iónico para tratamiento de agua, lavado de botellas de vidrio, blanqueo de celulosa en la industria de pulpa y papel, producción de azúcar refinada, teñido de telas de algodón, producción de agroquímicos, fabricación de grenetinas, gelatinas y productos de limpieza en general.
Mexichem: ventas y comercialización
La compañía mantiene contratos de largo plazo con algunos clientes, para lo cual ha establecido esquemas de ventas que promueven la lealtad a través de descuentos por volumen adquirido en periodos específicos de tiempo. Los contratos de largo plazo representan aproximadamente 70% de la venta de cloro y el 60% de la venta de sosa cáustica; y prevén el uso de una fórmula de precio basada en precios de referencia en Norteamérica provistos por IHS Markit e ICIS.
El volumen restante se vende en el mercado spot a precios calculados por referencia al precio de venta preponderante en ese momento. En Europa el 100% del cloro producido se utiliza para la producción de VCM y derivados, la sosa cáustica se vende a terceros.