México requiere una integración vertical para que pueda aprovechar la preferencia relativa del T-MEC, destacó Luis de la Calle, director general de la consultoría De la Calle, Madrazo, Mancera (CMM).
La política arancelaria del presidente estadounidense, Donald Trump, ha mantenido hasta ahora ciertas preferencias arancelarias relativas para México y Canadá en la industria automotriz y la exclusión para ambas naciones de los aranceles recíprocos.
Preferencia relativa del T-MEC
“Para aprovechar una preferencia relativa de 6%, se requiere la integración vertical y la integración vertical es sinónimo del cumplimiento con las reglas origen”, dijo De la Calle en un reciente foro organizado por la UNAM.
Trump impuso un arancel de 25% sobre determinadas importaciones de automóviles, a partir del 3 de abril de 2025, y determinadas importaciones de autopartes a partir del 3 de mayo de 2025, con exenciones arancelarias sobre el contenido estadounidense de importaciones originarias de México o Canadá.
A finales de mayo de 2025, Marcelo Ebrard, secretario de Economía de México, declaró que alrededor de 86% del comercio de México con Estados Unidos no enfrenta aranceles, un porcentaje que descendió desde el 100% a principios de 2025, violando el T-MEC
Enrard dijo que de los 14 tratados de libre comercio que opera Estados Unidos, sólo el T-MEC tiene esa condición de ventaja.
Logística, energía y tecnología
De la Calle expuso que México requiere ser competitivo en logística, energía y tecnología para aprovechar la preferencia relativa del T-MEC.
“Para integrarse verticalmente se requiere en primer lugar logística”, dijo.
Luego puso este ejemplo: “Si una planta en Ciudad Juárez se puede surtir más barato de Ohio que del Estado de México, se va a surtir de Ohio. Si de Toluca a Ciudad Juárez asaltan el camión de una empresa, le cobran peajes impagables, el transporte es muy caro o está monopolizado, o no hay gasolina, o se le atraviesa una manifestación y cierran la vía férrea, pues se va a surtir de Ohio”.
México debe garantizar una oferta de energía suficiente, limpia y diversificada. Así lo afirmó De la Calle, al destacar que la industria nacional depende de insumos con alta demanda energética.
La producción de materiales estratégicos —como el acero, el vidrio, las fibras sintéticas, el aluminio, las resinas y los plásticos— requiere grandes volúmenes de gas natural y metano. También lo exige toda la cadena petroquímica. Estos productos son esenciales para cumplir con las reglas de origen en el comercio regional.
Por ello, De la Calle subrayó que la energía competitiva es un requisito para el desarrollo industrial del país.
Además, sostuvo que México debe impulsar una verdadera revolución tecnológica. A su juicio, la disputa entre Estados Unidos y China no gira en torno al déficit comercial, sino por el dominio global en innovación y tecnología.
“La pregunta que se tiene que hacer México es si queremos participar en eso. Si tenemos jóvenes con el talento necesario para poder apostar a favor de la creatividad, la economía digital, la robótica, la nanotecnología”, dijo.