México y Estados Unidos diseñaron tres programas piloto con los que acelerarán el comercio de productos electrónicos, agrícolas, automotrices y aeroespaciales, de los cuales dos ya pusieron en marcha y el tercero se tiene previsto iniciar a mediados de 2016.
La mayoría de los cargamentos serán inspeccionados una sola vez por ambas autoridades en el territorio del país exportador. Esta iniciativa pondrá a prueba procesos innovadores para la inspección y despacho de cargamentos en el país de origen de las mercancías, para que cuando lleguen al país importador las autoridades sólo los inspeccionen en casos excepcionales.
El primer programa comenzó 15 de octubre del 2015 en el Aeropuerto Internacional de Laredo, Texas, para carga aérea de los sectores de la industria automotriz, electrónica y aeroespacial, con destino a 8 aeropuertos mexicanos.
La segunda de estas iniciativas arrancó el 12 de enero en las instalaciones de la aduana mexicana en Mesa de Otay (Tijuana, Baja California), para cargamentos de productos agrícolas con destino a los Estados Unidos.
El Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos informó que se prevé poner en marcha a mediados del año en curso el tercer programa en una planta ensambladora de la taiwanesa Foxconn, adyacente a las instalaciones de la aduana de México en San Jerónimo, Chihuahua (10 millas al oeste de Ciudad Juárez), para cargamentos de computadoras y otros productos electrónicos con destino a los Estados Unidos.
Con las aduanas compartidas, los cambios también van dirigidos a reducir los costos en las operaciones de comercio exterior y fortalecer las acciones contra el crimen organizado y el terrorismo.
La nueva tecnología ha reducido los costos del transporte y ha aumentado el flujo comercial y de capitales entre las naciones. Pero esa misma tecnología que ha fomentado el crecimiento económico internacional, también ha permitido que el terrorismo se propague fácilmente.
Al final de cada fase piloto, que durará un semestre, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) evaluarán los resultados y determinarán si se amplía el periodo de prueba, se expande para incluir a otros sectores de la industria o se convierte en programa permanente.
Ambos países autorizaron también que funcionarios aduanales de México y Estados Unidos realicen conjuntamente pre-inscripciones y revisiones previas de personas en el tránsito bilateral.
La aduana en Mesa de Otay, al igual que en los otros dos puntos de los programas piloto, permitirá hacer un mismo uso de oficinas, procesos y sistemas, además de que particularmente ahí se analiza la posibilidad de que sea la primera en el mundo que tenga carriles reversibles, cambiando el sentido de los mismos dependiendo el volumen de la carga, ya sea de norte a sur o de sur a norte.
En las aduanas de Laredo y Nuevo Laredo comenzarán a operar conjuntamente los agentes aduanales de ambos países, los estadounidenses incluso con armas, como se convino bilateralmente.
México y Estados Unidos comercian más de 1 millón de dólares por minuto y tienen más de 1 millón de cruces legales cada día, bilateralmente.
Por medio de estos programas se obtendrán beneficios como: reducción de costos transaccionales, menores tiempos de despacho y cruce transfronterizo, descongestionamiento en la frontera, optimización de la inversión en infraestructura y equipamiento, y disuasión del fraude y el contrabando.