Las industrias químicas de México, Estados Unidos y Canadá pidieron cambiar las reglas de origen de su sector en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), de modo que sean más simples y, en promedio, un tanto más flexibles.
La propuesta unificada fue entregada a los gobiernos de los tres países por la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ) de México, la Asociación de la Industria Química de Canadá y el Consejo Americano de Química.
Guillermo Miller, vicepresidente de Comercio Internacional de la ANIQ, explicó que en el TLCAN vigente las reglas de origen del sector químico se definen por el método de salto arancelario (cambio de partida) o con una metodología de valor de contenido.
Los cambios sugeridos comprenden un paquete de nueve reglas de origen con una metodología de proceso, que determina cambios en un químico y que simplificaría toda la regulación. “Se van a mover de 300 páginas que tenía el anexo a una”, destacó Miller.
De este modo, se podrá conferir origen si un producto se hace en México, Estados Unidos o Canadá con cualquiera de esos nueve procesos, que incluyen, por ejemplo, reacción química, separación isomérica, purificación al 80%, cambio de subpartida, contenido de valor o una mezcla directa con previa definición de lo que se quiere obtener.
Un caso podría ser que se importe en Estados Unidos un cierto producto químico, al cual una empresa somete a un segundo proceso químico que hace que, de la combinación de dos insumos, salga otro producto. Las nuevas reglas determinarían qué tipo de procedimiento se tiene que hacer para que el producto terminante salte a otra partida arancelaria.
El sector requiere una consulta amplia, incluso para determinar qué productos se determinan químicos, entre los que entran, por ejemplo, las pinturas.
De acuerdo con las asociaciones de los tres países, la cooperación reguladora mejorada tiene el potencial de mantener altos niveles de protección para la salud humana y el medio ambiente y reducir significativamente los costos para los gobiernos y la industria por igual.
El TLCAN, según plantearon a sus respectivos gobiernos, debe incluir un acuerdo sobre criterios científicos comunes para garantizar la calidad y confiabilidad de los datos científicos que respaldan las decisiones regulatorias. Entre otros elementos, el acuerdo debe contener principios comunes para la calidad de los datos, incluida la utilidad, la objetividad (que incluye la reproducibilidad), el peso de la evidencia y la integridad.
Otro de sus planteamientos es que el derecho de los organismos gubernamentales a tomar decisiones soberanas sobre la base de los datos y la información que tienen ante sí debe ser explícitamente reconocido.
También plantearon que Estados Unidos, Canadá y México deberían alentar el uso de buenas prácticas de laboratorio, revisión por homólogos, métodos de prueba validados científicamente, protocolos estandarizados, revisión sistemática y otros métodos para garantizar la calidad científica de los datos, de una manera que no sea discriminatoria.