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América del NorteComercio

Guajardo y Ross se reúnen para resolver el caso del azúcar en Washington

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Ildefonso Guajardo, secretario de Economía de México, y Wilbur Ross, secretario de Comercio de Estados Unidos, se reunirán, en Washington para renegociar los llamados “acuerdos de suspensión” sobre las exportaciones mexicanas de azúcar al mercado estadounidense.

A finales del 2014, los dos países llegaron a un “acuerdo de suspensión”, ante el riesgo de que el gobierno estadounidense pudiera fijar cuotas compensatorias a las importaciones de azúcar mexicana, tras haber iniciado investigaciones por dumping y subsidios, que fijaron las cuotas referidas de hasta 44 por ciento.

El convenio obliga a México a vender a un precio mínimo de 0.2357 dólares la libra de azúcar refinada y a 0.2075 dólares el azúcar sin refinar, y limita los envíos de azúcar refinada a no más de 53% del total de exportaciones en cada año.

La Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA) afirmó la semana pasada que Estados Unidos está pidiendo bajar la polaridad de 99.5 a 99.2%, así como subir los precios mínimos de referencia de azúcar, respecto a las normas aprobadas en el 2014. La inconformidad de Estados Unidos radica en que la floreciente industria de los melt houses, que convierten el azúcar granulada en líquida (usada en bebidas, helados y productos horneados), están comprando más azúcar mexicana sin refinar, quitando una porción de esta proveeduría a plantas refinadoras.

Pero según la CNIAA, al calibrar la cuota de exportación a las necesidades de Estados Unidos, los acuerdos de suspensión aseguran que no puede haber exceso de oferta o escasez de azúcar mexicana en el mercado estadounidense.

El gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amagó con imponer cuotas de hasta 44% a las importaciones de azúcar originaria de México si los gobiernos de ambos países no llegan a un acuerdo como fecha límite el 5 de junio. La imposición de cuotas antidumping a las importaciones de fructosa de Estados Unidos podría tomar meses, en el supuesto de que se comprobara la práctica desleal. En cambio, Estados Unidos podría aplicar en forma inmediata cuotas a sus importaciones de azúcar mexicana. Como una segunda opción, México podría imponer represalias con la fructosa estadounidense, sustentadas en la autorización que dio la Organización Mundial del Comercio por el caso de atún mexicano.

 

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