El auge de la industria automotriz en México generará oportunidades para la producción de autopartes de plástico, de acuerdo con la consultoría Wood Mackenzie.
Hoy en día, los plásticos constituyen el 50% del volumen de coches nuevos, pero sólo el 10% del peso, lo que hace a los coches más livianos y más eficientes en consumo de combustible. En promedio, un vehículo ligero contiene más de 150 kilogramos de plásticos y fibras sintéticas.
Wood Mackenzie previó que crecimiento rápido para la industria automotriz mexicana, lo mismo que para la mayoría de las industrias manufactureras, será una fuente clave de aumento de la demanda petroquímica nacional en el futuro.
México produce alrededor de 40% del gas natural que consume; importa una porción que bordea 50% desde Estados Unidos por ductos, y compra el 10% restante a través de tres terminales de gas natural licuado.
De 2008 a 2019, nuevas plantas de ensamble de autos comenzaron o planean entrar en operación en México, propiedad de las empresas Nissan, Infiniti, Toyota, Mazda, Honda, Ford, General Motors, Audi, BMW y Kia.
Aunque México posee vastas reservas de gas natural, no ha sido capaz de desarrollarlas lo suficientemente rápido para satisfacer el consumo del país, y posee una limitada red de ductos que deja amplias zonas de su territorio sin suministro.
Por ello, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas) llevan a cabo un plan quinquenal en el que 13 proyectos relacionados con el transporte y almacenamiento de este hidrocarburo suman en conjunto 9,736 millones de dólares y 5,159 kilómetros de ductos, con entradas en operación previstas entre 2016 y 2019.
Según la consultoría Deloitte, las considerables reducciones en las tasas de electricidad, derivadas de la afluencia de gas barato, servirán para mejorar la competitividad de las industrias de la manufactura y la química.
La red de gasoductos, que incluye al de Los Ramones, a través del cual se importarán 2,100 millones de pies cúbicos por día de gas natural desde las ubicaciones de gas de esquisto en los Estados Unidos a México, reducirá las tarifas industriales, en especial para los grandes consumidores de energía como las empresas siderúrgicas, mineras, automotrices y productoras de cobre, aluminio, plásticos y resinas.
La reforma energética aprobada en 2014 establece que la infraestructura de transporte de gas natural del país deberá pasar a manos del Cenagas para separar la operación y control de ductos, y así permitir mayor competencia en el mercado.
El Sistema Nacional de Gasoductos de Pemex cuenta con 87 ductos y alcanza una longitud de casi de 9,000 kilómetros, con capacidad de transporte mayor a 5,000 millones de pies cúbicos diarios.