Las empresas relacionadas realizan 69% de las importaciones de Estados Unidos desde México, de acuerdo con datos de la Oficina del Censo.
El T-MEC es la base del éxito económico de Norteamérica, y Business Roundtable (BRT) instó a la administración del presidente Donald Trump a mantener y fortalecer la relación trilateral.
Empresas relacionadas
Según la BRT, mantener el T-MEC como acuerdo trilateral es vital para Estados Unidos. Garantiza su ventaja estratégica y económica en América del Norte. Sectores clave como automoción, energía y agricultura dependen de cadenas de suministro integradas en toda la región.
Las normas armonizadas, los compromisos vinculantes y la eliminación de aranceles y otras barreras han reducido los costos, ampliado el acceso a insumos a precios competitivos y permitido a las empresas organizar la producción en los tres países según su ventaja comparativa.
Además del gran volumen y el crecimiento de los flujos comerciales y de inversión entre los socios del T-MEC, una cantidad sustancial del comercio transfronterizo dentro del T-MEC corresponde a insumos intermedios que se mueven dentro de redes de suministro bien integradas.
Los datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos sobre el comercio entre partes relacionadas muestran la estrecha vinculación de la industria manufacturera estadounidense, canadiense y mexicana a través de redes de producción compartidas.
Regionalización
En 2024, más de la mitad del comercio manufacturero estadounidense con Canadá y México se realizó entre partes relacionadas (es decir, entre empresas y sus propias filiales transfronterizas).
Específicamente, 44% de las exportaciones manufactureras estadounidenses a Canadá y 42% a México fueron intrafirma, mientras que 46% de las importaciones procedentes de Canadá y 69% de las importaciones procedentes de México provinieron de empresas relacionadas.
Estos flujos reflejan la coproducción regional -empresas que diseñan, obtienen y ensamblan bienes en el marco del T-MEC- en lugar de una simple relación transaccional con un proveedor extranjero.
Esta regionalización mantiene la producción cerca de casa, bajo las normas laborales y ambientales compartidas del T-MEC, y fortalece la resiliencia de la cadena de suministro al reducir la dependencia de otras regiones.
De manera similar, los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ayudan a destacar cómo el comercio norteamericano mantiene el valor estadounidense dentro de la región.
Según los indicadores de comercio de valor agregado de la OCDE, aproximadamente 15% del valor de las importaciones estadounidenses de productos manufacturados procedentes de Canadá y México refleja trabajo estadounidense -materiales, piezas, diseño o servicios- que regresa al país.
En contraste, las importaciones procedentes de China contienen menos de 2% de valor estadounidense.
“En resumen, cada dólar de importaciones de productos manufacturados de Norteamérica impulsa una mayor actividad económica interna y la creación de empleo en Estados Unidos que el comercio con socios más lejanos”, dijo la BRT.