Debido a que la industria de producción del sudeste de Estados Unidos comparte la misma temporada de crecimiento que México, los productores estadounidenses “han sido las víctimas” de primera línea del aumento de las frutas y hortalizas en México, entre ellas el tomate.
Este posicionamiento fijó la Asociación de Frutas y Vegetales de Florida (FFVA, por su sigla en inglés) ante la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos para la elaboración de un análisis sobre el impacto del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC, el cual sustituiría al TLCAN).
Según la FFVA, mientras que las importaciones de tomates mexicanos en Estados Unidos se han triplicado desde 2000, la producción de la Florida se ha reducido en casi un 50% durante ese período.
Si bien, arguyó, las administraciones de Estados Unidos y la ley de la Autoridad de Promoción Comercial han reconocido el daño que México ha causado al sector agrícola estadounidense y han pedido mecanismos comerciales especiales para ayudar a restablecer la equidad en el mercado, ni el TLCAN ni el T-MEC, tal como están redactados, contienen un camino para el alivio del sector.
La FFVA expuso que este sector ha alcanzado su punto de inflexión y necesita que la Comisión de Comercio Internacional respalde su llamada de alivio.
En cuanto a las tendencias y prácticas específicas que alimentan sus preocupaciones, resaltó que los envíos agrícolas de México a los Estados Unidos han crecido a alrededor de 2,000 millones de dólares al año, con frutas y verduras que representan la mayor parte de ese crecimiento.
Tomate y otros productos
En 2017, las importaciones totales de frutas y hortalizas frescas mexicanas en Estados Unidos ascendieron a casi 12,000 millones de dólares.
Se pueden ver, añadió, tendencias similares en cualquiera de los otros sectores importantes de producción estatal, desde fresas hasta arándanos, hasta sandía y otros.
Concluyó que a los agricultores del sudeste les resulta imposible seguir el ritmo de los crecientes costos.