Las reglas de origen del T-MEC no requieren cambios, destacó la Business Roundtable, quien representa a más de 200 CEO en Estados Unidos.
Antecedente: las reglas de origen del T-MEC, establecidas en el Capítulo 4 del Tratado, constituyen la base de las cadenas de suministro norteamericanas, consolidadas y exitosas, y de las inversiones realizadas por empresas estadounidenses en Norteamérica.
Reglas de origen del T-MEC
“Junto con los esfuerzos por fortalecer los compromisos de seguridad económica entre las Partes, (estas reglas) son suficientes para garantizar que los beneficios de la liberalización comercial del T-MEC se extiendan a las Partes y para evitar el aprovechamiento indebido”, dijo la Business Roundtable en un carta dirigida a la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR).
En seguida añadió: “La revisión de estas reglas perturbará significativamente las cadenas de suministro establecidas en 2020 para cumplir con las sólidas Reglas de origen del T-MEC. Además, las revisiones generarán incertidumbre económica en las inversiones de capital a largo plazo de las empresas estadounidenses, las cuales requieren previsibilidad y estabilidad”.
Aluminio y acero
Desde la perspectiva de la Business Roundtable, la revisión conjunta del T-MEC, programada para el 1 de julio de 2026, brinda a Estados Unidos la oportunidad de insistir en que México establezca un sistema eficaz de monitoreo del acero y el aluminio para identificar el transbordo y garantizar la integridad de las reglas de origen de este Tratado.
Esta es una solicitud que Estados Unidos ha formulado desde hace tiempo, en mayo de 2019, cuando acordó eliminar los aranceles de la Sección 232 sobre el acero y el aluminio mexicanos.
El acuerdo estipulaba un proceso consensuado para monitorear el comercio de acero y aluminio entre las partes.
“Este sistema es necesario -y coherente con la política de la Administración Trump- para asegurar que los beneficios de cualquier acuerdo comercial se destinen a sus partes y no permitan el aprovechamiento indebido”, dijo.
El presidente estadounidense, Donald Trump, utilizó la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962 para imponer aranceles al acero y aluminio (50%), y nuevos gravámenes a automóviles, autopartes (25%) y cobre (50%), argumentando riesgos a la seguridad nacional.