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Estados Unidos se enfrenta al dilema de un TLCAN con o sin «dientes”

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Con sus nuevas posiciones sobre el sistema de resolución de controversias, el gobierno de Estados Unidos ha quedado desarmado para hacer cumplir en forma efectiva las normas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Este acuerdo comercial actualizado por primera vez tendría incluidos en su texto central disposiciones en materia laboral, ambiental, corrupción y comercio electrónico, entre otras; pero si hubiera una inconformidad de Estados Unidos al respecto, no tendría los medios adecuados para exigir su cumplimiento.

El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, dijo que coincide con los legisladores demócratas en insistir en que el nuevo capítulo laboral del TLCAN sea más fuerte que el del Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP o TPP-11).

«Debemos tener fuertes disposiciones laborales. Deben aplicarse de la misma manera que todo lo demás», expresó.

Pero Lighthizer se negó a explicar cómo podría hacer ello con la posición de la casa Blanca de tener un «acuerdo de solución de controversias no vinculante» en el TLCAN. «Estas son preguntas difíciles», dijo Lighthizer. «Si me sentara aquí y dijera: ‘Aquí está mi plan’, no sería un gran plan».

En diciembre pasado, Estados Unidos pidió a México y Canadá una reestructura completa del sistema de solución de controversias del TLCAN, con cambios diferenciados en tres capítulos relativos a ese campo.

En el Capítulo 11, que trata sobre controversias entre Inversionista-Estado, la Casa Blanca propuso un mecanismo que incluye los términos “opt-in” y “opt-out”, con los que para iniciar el levantamiento de un tribunal (panel), la parte demandada tiene la opción de someterse al caso o no. De oponerse, el proceso ni siquiera inicia.

Estados Unidos planteó que en el Capítulo 20, en el cual se abordan los casos de prácticas desleales de comercio, por dumping o subsidios prohibidos, se seguirán estableciendo los paneles de solución de controversias, pero los resultados finales de los mismos serían opcionales en cuanto a su acatamiento.

Finalmente, el gobierno del presidente Donald Trump propuso que el Capítulo 20, donde se regulan casos de Estado-Estado, desaparezca del TLCAN.

México ha impulsado la permanencia de los distintos mecanismos de resolución de controversias vigentes en el TLCAN y está de acuerdo en fortalecerlos para generar una mayor certidumbre en los flujos de inversiones y comercio en la región.

“En solución de controversias, hemos sido muy claros en que necesitamos obtener un mecanismo sólido, tanto en el tema de Inversionista-Estado, como en el del Capítulo 19 sobre antidumping y subsidios, y en el tema de las controversias Estado-Estado, del Capítulo 20”, externó Kennet Smith, jefe negociador del TLCAN por parte de México.

 

 

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