El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) propuso una convergencia regulatoria ambiciosa en el marco de la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Junto con otros planteamientos, Sergio Gómez Lora, director general de la Oficina Representativa en Estados Unidos del CCE, enfatizó esta medida en las consultas de la USTR celebradas en Washington.
Convergencia regulatoria
Para promover una renovación expedita y exitosa del T-MEC, el CCE propuso cuatro principios rectores.
El primer principio plantea acceso libre de aranceles. Aplica a todos los bienes que cumplan las Reglas de Origen del T-MEC, incluidos los sujetos a aranceles 232. Así, se protege el comercio regional.
El segundo principio busca reglas de origen que impulsen la integración regional. Además, pretende maximizar las complementariedades de América del Norte. Todo ello, sin discriminar entre los tres países.
El tercer principio propone fortalecer los comités del T-MEC. El objetivo es avanzar hacia una convergencia regulatoria ambiciosa. En particular, en sectores industriales clave para la competitividad regional.
Finalmente, el cuarto principio apunta a reforzar los mecanismos de solución de controversias. De este modo, se garantizaría el cumplimiento oportuno de las obligaciones del acuerdo.
Socio crucial
Gómez Lora afirmó que, entre todos los socios comerciales de Estados Unidos, México es el más relevante. Primero, para impulsar la manufactura nacional. Luego, para acortar las cadenas de suministro. Además, para reducir la dependencia de economías no mercantiles.
Este año marcó un punto clave. México se convirtió en el principal mercado de exportación para Estados Unidos. Entre enero y agosto, compró 226,000 millones de dólares en bienes estadounidenses. Esa cifra representó 16% de las ventas externas totales.
México lidera como mercado para 24 industrias estadounidenses. Entre ellas destacan carne, ganado, lácteos, granos, azúcar, petróleo y gas, químicos, plásticos, textiles y autopartes. También es el mayor comprador de acero y aluminio de Estados Unidos.
Según Gómez Lora, esta demanda fortaleció la base industrial estadounidense en sectores estratégicos. Además, México es el primer o segundo destino de exportaciones para 26 estados. Por ello, el comercio bajo el T-MEC genera más de 13 millones de empleos en Estados Unidos.
Industria automotriz
Las exportaciones mexicanas generan empleos en Estados Unidos. Ningún socio comercial de Estados Unidos incorpora más insumos y materiales estadounidenses a sus exportaciones que México. Esto ocurre en varios sectores de la manufactura, incluyendo la industria automotriz.
Gómez Lora indicó que cuando un automóvil se fabrica en México, se exporta a Estados Unidos. Lo más probable es que sustituya a un automóvil ensamblado en Europa y Asia. Esto genera empleos en Estados Unidos, ya que los vehículos ensamblados en México contienen, en promedio, 38% de autopartes estadounidenses, mientras que los automóviles ensamblados en Europa o Asia contienen principalmente piezas europeas y asiáticas.
Este año, las exportaciones estadounidenses de autopartes a México fueron ocho veces mayores que las exportaciones estadounidenses a Japón o Alemania. Además, el 40% de todas las exportaciones mexicanas son bienes intermedios, que son utilizados por los fabricantes estadounidenses en su producción industrial. Todos ellos tienen un importante contenido estadounidense, desde gas natural hasta mineral de hierro, carbón, petroquímicos y muchos otros. No hace mucho, varios de estos insumos provenían de Asia.
De hecho, agregó Gómez Lora, el comercio con México es una herramienta crucial para que Estados Unidos compita con éxito con economías no norteamericanas, a la vez que crea empleos en Estados Unidos. Cada dólar que los fabricantes mexicanos exportan a Estados Unidos sustenta empleos en el sector exportador estadounidense.