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Cambio climático y comercio internacional

El comercio internacional puede considerarse una estrategia de adaptación para reducir el impacto global del cambio climático en el sistema alimentario, indica un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Al respecto, los investigadores Christophe Gouel y David Laborde concluyen que la posibilidad de cambiar los patrones de abastecimiento que ofrece el comercio internacional es tan importante como los cambios en la combinación de cultivos a la hora de determinar la capacidad de los países para hacer frente a los efectos negativos del aumento de las temperaturas en la producción agrícola.

Además, la FAO agrega que la libre circulación de mercancías puede tener un efecto positivo adicional frente a las perturbaciones meteorológicas y la incertidumbre inducida por el clima, al reducir la volatilidad de los precios.

Desde un punto de vista teórico, hay tres canales principales a través de los cuales el comercio puede afectar al medio ambiente.

El primero es un simple efecto de escala por el que una mayor producción (agrícola) requiere más insumos como tierra, agua o fertilizantes. Es probable que este mecanismo aumente las presiones medioambientales sobre los países exportadores.

Luego, el segundo canal es un efecto de composición impulsado por las ventajas comparativas. La localización de la producción en función de las ventajas comparativas debería conducir a un uso más eficiente de los recursos naturales, al menos si las dotaciones de recursos y la eficiencia de los mismos son una fuente de ventaja comparativa y pueden impulsar los patrones de abastecimiento.

En tercer lugar, el comercio puede afectar a la tecnología al proporcionar mayores incentivos para la adopción de modos de producción que ahorren en factores escasos y faciliten los desbordamientos tecnológicos.

Cambio climático

Utilizando datos de 1995 a 2009, el investigador Brian R Copeland evalúa varias emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y contaminantes y encuentra que el efecto de la técnica es mucho mayor que el efecto de la composición y, en muchos países, mayor que el efecto de la escala.

Según la FAO, un elemento importante para el presente debate es que, en el caso de dos contaminantes asociados principalmente a la agricultura, a saber, el amoníaco y el óxido nitroso, los efectos de composición desempeñan un papel más sistemático e importante, en comparación con otros contaminantes y GEI, lo que sugiere que el desplazamiento de recursos fuera de la agricultura y hacia los sectores secundario y terciario contribuye a reducir algunos contaminantes específicos del sector.

 

Redacción Opportimes

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