El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) propuso incluir un capítulo sobre minerales críticos en el T-MEC.
Diego Marroquín Bitar, investigador del Programa de las Américas del CSIS, planteó este cambio como parte de las consultas del T-MEC por parte de la USTR.
Minerales críticos en el T-MEC
En las consultas públicas celebradas en Washington el 3 de diciembre, Marroquín explicó el enfoque. Primero, Estados Unidos debería asegurar acceso confiable a minerales críticos. Para ello, se requiere limitar aranceles a México y Canadá a lo permitido por el T-MEC. Además, propuso negociar un capítulo paralelo. El objetivo: armonizar estándares, acelerar permisos y garantizar suministro en crisis. Todo, para reforzar la manufactura estadounidense, de la industria automotriz a la defensa.
Luego, Marroquín propuso un pasaporte de productos de América del Norte. Se trataría de una herramienta digital. Permitirá rastrear insumos en tiempo real. Así, una evaluación coordinada fortalecería la aplicación de la ley contra el trabajo forzoso. También evitaría el transbordo y elevaría la transparencia de las cadenas de suministro regionales.
En este contexto, el investigador habló de una “fortaleza norteamericana”. Una estructura más resiliente frente a la manipulación y la coerción. Después, colocó la energía en el centro del debate. Estados Unidos, dijo, debería formalizar la cooperación energética mediante un consejo empresarial regional. Además, integrar la planeación energética al comité de competitividad del T-MEC.
Energía
La abundancia energética compartida es un activo estratégico. Sobre todo, frente a la competencia global. Por ello, institucionalizar la cooperación ayudaría a proteger a los productores nacionales. También esto impulsaría la innovación y el posicionamiento internacional.
En paralelo, Marroquín planteó modernizar las reglas del T-MEC en comercio digital y tecnologías emergentes. El foco estaría en la gobernanza de la inteligencia artificial, los flujos de datos y la interoperabilidad de plataformas. Si las reglas no se fijan ahora, advirtió, otros impondrán estándares ajenos a los intereses democráticos.
Hacia el cierre, subrayó la necesidad de mayor integración financiera. Asimismo, una coordinación más estricta contra el lavado de dinero. Estas medidas reducirían costos de transacción. Además, facilitarían el acceso al capital para pequeñas empresas. Y reforzarían las defensas frente a flujos ilícitos.
En la perspectiva del CSIS, un T-MEC más fuerte y modernizado sostiene una América del Norte competitiva. Protege los empleos. Asegura industrias estratégicas. Y refuerza el liderazgo estadounidense en un entorno global fragmentado. Sin acceso confiable a minerales críticos, ese objetivo se debilita. Más aún, ante las recientes restricciones de China a la exportación de tierras raras e imanes.