México pedirá el cumplimiento de las reglas de origen automotrices en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), afirmó el secretario de Economía, Marcelo Ebrard.
En una conferencia de prensa el pasado jueves, Ebrard dijo que nadie propone en México que se acabe el T-MEC y que, por el contrario, hay un consenso muy amplio en favor de que se mantenga este acuerdo comercial.
Cumplimiento de las reglas de origen
Ebrard expuso que además hay un consenso de que no se impongan aranceles en el marco del T-MEC, lo que va en contra del espíritu del tratado, y de que se cumplan los paneles de solución de controversias. “México ganó el panel de reglas de origen, porque no se ha aplicado cabalmente”, agregó.
El caso se activó cuando México y Canadá impugnaron la interpretación de Estados Unidos sobre los requisitos de contenido de América del Norte. En particular, cuestionaron las reglas de origen de la industria automotriz. El reclamo se presentó bajo el mecanismo de solución de controversias entre Estados del Capítulo 31 del T-MEC.
Estados Unidos defendió una lectura más estricta para calcular el contenido norteamericano. Sobre todo, en lo relativo a las piezas principales, como motores y transmisiones. En contraste, México y Canadá promovieron una interpretación más flexible. Según su postura, ese enfoque facilita que los productores de América del Norte cumplan con los requisitos de contenido del T-MEC.
Autos y autopartes
La revisión de 2024 de la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR) sobre las disposiciones automotrices del T-MEC arrojó un mensaje mixto. Por un lado, los productores de vehículos y autopartes mantienen inversiones relevantes en abastecimiento y producción en América del Norte. Su objetivo es el cumplimiento de las reglas de origen del T-MEC.
Sin embargo, surgieron señales de alerta. Distintas partes interesadas señalaron que las reglas de origen no están operando como se esperaba. Además, pidieron mayor información y más transparencia sobre su aplicación. En paralelo, proveedores automotrices advirtieron que la complejidad normativa sigue generando cargas administrativas. A esto se suma un dato clave: las estadísticas comerciales de Estados Unidos indican que una proporción creciente del comercio de autopartes no está reclamando la preferencia arancelaria del T-MEC.
Desde el ámbito laboral, las preocupaciones son similares. Las partes interesadas señalaron que la falta de transparencia en la implementación y el cumplimiento de las reglas de origen —incluidos los regímenes alternativos de puesta en escena y los requisitos de contenido de valor laboral— ha dificultado evaluar la eficacia real de estas disposiciones.