México analiza un mayor uso de etanol en la gasolina, como parte del nuevo marco regulatorio que planea la Secretaría de Energía (Sener).
Actualmente, la Sener está intentando crear un marco regulatorio para biocombustibles, pero no se sabe con certeza cómo las regulaciones actualizadas abordarán la mezcla de etanol.
Etanol en la gasolina
México no mezcla etanol en su gasolina. Sin embargo, incorporar etanol disminuiría la dependencia del MTBE, un aditivo antiguo y con fuertes cuestionamientos ambientales. Este compuesto ha generado preocupación por la contaminación de aguas subterráneas. De hecho, dejó de usarse de forma significativa en Estados Unidos desde 2005.
Por el contrario, el etanol reemplaza al MTBE en la matriz de combustibles estadounidense. Aporta más octanaje, cuesta menos y ofrece un impacto ambiental más favorable.
Mientras tanto, el consumo de combustible en México crece año tras año. Pero aún existen barreras regulatorias que frenan el uso del etanol. En 2020, México importó 74% de los combustibles que consumió. Y desde 2025, Estados Unidos provee cerca del 63% del volumen total.
México consume hoy más de 800,000 barriles diarios de gasolina. Así, la demanda supera con amplitud la producción interna. Cabe recordar que el uso de etanol comenzó en la década de 2000. No obstante, el país no logró consolidar una política nacional de mezcla comparable con la de otros países de Centro y Sudamérica.
Según el Consejo de Granos y Bioproductos de Estados Unidos (USGBC), el etanol genera beneficios para ambos socios comerciales. Para México, abriría la puerta a metas más altas de sostenibilidad y menor dependencia energética.
En el caso de Estados Unidos, un acceso mayor mediante una mezcla nacional E10 crearía un mercado de 1,200 millones de galones, equivalentes a 425 millones de bushels. También reduciría el déficit comercial agrícola bilateral —estimado en 12,200 millones de dólares— en 16.7 por ciento.
Comercio
Las exportaciones de etanol hacia México han fluctuado en los últimos cinco años. Aún así, alcanzan niveles récord de 70 millones de galones. Sin embargo, el producto ingresa solo para uso industrial y no como combustible automotriz.
En 2017, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) autorizó la mezcla E10 fuera de zonas metropolitanas. Pero en 2020, la Suprema Corte revirtió esa norma. También redujo el estándar de mezcla a 5.8% y prohibió el etanol en Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.
Desde entonces, el sector energético vive un cambio regulatorio profundo. Mientras tanto, la Sener trabaja en un nuevo marco para los biocombustibles. Aún no está claro cómo incluirá la mezcla de etanol ni si ampliará su uso vial.
El USGBC propone retomar el E10 dentro del marco de biocombustibles. Sugiere utilizar como base la NOM-016-CRE y eliminar las restricciones en las tres principales ciudades. Así, México podría avanzar hacia un esquema más flexible y alineado con estándares internacionales.