Los refinadores de oro en México son solo Industrias Peñoles y Grupo México, de acuerdo con datos de la Camimex.
Refinar oro implica altos costos de inversión. Además se requiere tecnología especializada, cumplir con la estricta regulación ambiental y de trazabilidad. Para hacer rentable este negocio se necesita también de grandes volúmenes y la concentración del mercado, dominado por operadores con infraestructura consolidada.
Refinadores de oro en México
El oro tiene dos usos principales. Por un lado, se fabrica en productos. Por otro, funciona como inversión en lingotes. En la fabricación, destaca la joyería. Además, el metal se emplea en electrónica, odontología, industria, decoración, medallas y monedas oficiales. Mientras tanto, los lingotes se mantienen como reserva de valor y como refugio ante la devaluación de activos en monedas fiduciarias.
En México, la producción minero-metalúrgica de oro sumó 2.19 millones de onzas en 2024. Fue una baja de 2.9% frente a 2023. Sin embargo, su valor subió. Alcanzó 96,050 millones de pesos, un alza de 23.9%. Así, el oro aportó 30.7% del valor total del sector. Además, solo Industrias Peñoles y Grupo México participan en la refinación de oro primario. Juntas procesaron 906,537 onzas en 2024.
El oro se comercializa en mercados globales. Sus precios suelen seguir las referencias del mercado de Londres. Cuando el precio sube, también aumenta la oferta de reciclaje. Así ocurrió en 2024. Con cotizaciones récord, la oferta de oro reciclado creció 11%, hasta 44 millones de onzas. De este modo, la oferta total -producción minera más reciclaje- llegó a 162 millones de onzas.
Demanda de joyería
La demanda global también subió. Avanzó 1.4% frente a 2023 y llegó a 146 millones de onzas. El segmento de inversión fue el motor principal. Creció 24.7% y alcanzó 38 millones de onzas. Además, los bancos centrales siguieron comprando. Aunque el volumen retrocedió 0.6% a 34 millones de onzas, 2024 fue el tercer año consecutivo por encima de 30 millones.
En contraste, la demanda de joyería cayó. Retrocedió 8.6% y quedó en 64 millones de onzas. La razón fue el encarecimiento del metal. En lingotes y acuñación no hubo cambios relevantes. El volumen se mantuvo en 38 millones de onzas. Finalmente, el uso tecnológico del oro mostró dinamismo. Creció 6.9% y llegó a 10.5 millones de onzas, impulsado por la expansión de infraestructura para inteligencia artificial.