Las cadenas de suministro de manufactura contribuyen a la seguridad nacional de América del Norte, afirmó la Cámara de Comercio Estadounidense en Canadá (AmCham Canadá).
Según su análisis, el arancel impuesto por Estados Unidos al aluminio canadiense representa un claro ejemplo de las dificultades que implica esta política. Sustituir el aluminio canadiense por producción nacional, como busca el actual gravamen del 50%, tomaría décadas y supondría costos de decenas de miles de millones de dólares. Además, exigiría una generación eléctrica adicional comparable a la del estado de Nevada.
Cadenas de suministro de manufactura
El T-MEC tiene como compromiso central mantener el libre comercio en América del Norte, con excepciones limitadas vinculadas a medidas correctivas y a ciertos sectores específicos. Este principio ha sostenido la integración regional durante décadas.
En los últimos años, Estados Unidos ha aplicado nuevos aranceles amparados en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, que autoriza gravámenes sobre importaciones que supuestamente amenazan la seguridad nacional.
No obstante, según la AmCham Canadá, las importaciones procedentes de Canadá y México —como acero, aluminio, automóviles, vehículos comerciales, cobre y madera— no representan una amenaza real para la seguridad nacional estadounidense. Por el contrario, estos productos son parte esencial de las cadenas de suministro integradas que sostienen la competitividad de toda la región.
“Estas cadenas de suministro de manufactura y recursos naturales de América del Norte contribuyen a la seguridad continental y global”, dijo en una carta enviada a la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR), como parte de las consultas sobre la revisión del T-MEC..
Seguridad nacional
El Congreso reconoció a Canadá como parte integral de la base industrial de defensa de Estados Unidos en virtud de la Ley de Producción de Defensa de 1993.
Canadá es también uno de los cuatro países considerados parte formal de la base industrial nacional de tecnología y defensa (BIND) de Estados Unidos.
“No es razonable afirmar que las importaciones de estos bienes provenientes de un aliado cercano representen una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, cuando dichas importaciones son esenciales para la competitividad de la industria estadounidense”, argumentó la AmCham Canadá.
El T-MEC transformó el comercio mundial y reforzó la seguridad económica de América del Norte. Las reglas de origen para la industria automotriz marcaron un hito en la búsqueda de un comercio más equilibrado y recíproco, uno de los principales objetivos de la Revisión Conjunta de la Cámara de Comercio Estadounidense en Canadá.
Estados Unidos se posiciona como el segundo mayor productor de automóviles del planeta, mientras que Canadá y México se mantienen entre los principales destinos de sus exportaciones automotrices.
A lo largo de los años, la posibilidad de que los fabricantes y sus proveedores aprovechen las cadenas de suministro integradas del continente ha fortalecido su competitividad. Además, ha contribuido a mantener los costos bajos, generando beneficios para toda la región.