Ante los climas extremos en México, los hogares enfrentan el reto de mantener el confort sin elevar el consumo energético. Adaptar hábitos cotidianos, usar tecnologías eficientes y aprovechar recursos naturales son claves para lograr el bienestar y la sostenibilidad económica.
El calor en Hermosillo, las lluvias torrenciales en Tabasco y los fríos intensos en Chihuahua reflejan los contrastes del país. Ante ello, el diseño de viviendas adaptadas se vuelve esencial para reducir costos y proteger el entorno.
Climas extremos en México
En 2023, el planeta vivió el año más cálido registrado. Le siguió 2016, y el periodo 2014-2023 marcó la década más calurosa desde que existen mediciones. Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, la temperatura global ha aumentado en promedio 0.17 °F por década desde 1901.
El incremento térmico transforma la vida humana y los ecosistemas. Afecta la salud, provoca olas de calor intensas y altera los ciclos agrícolas. Además, define qué especies pueden sobrevivir en cada región.
En México, los efectos ya son visibles. A manera de ejemplo, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos prevé una caída del 36% en la producción de trigo para la temporada 2025-2026 (julio-junio). La sequía, el bajo nivel de los embalses en Sonora y Sinaloa y los precios menos atractivos explican esta reducción, a 1.7 millones de toneladas.
Hábitos cotidianos
El cambio climático es uno de los desafíos más graves actualmente. Se refleja en temperaturas extremas, inundaciones, sequías y aumento del nivel del mar. Los niños son especialmente vulnerables.
Para hacer frente a ello, mantener una buena hidratación y usar ropa adecuada son hábitos básicos. Además, las cortinas térmicas y los techos reflectantes ayudan a conservar la temperatura interior y a reducir el consumo energético. Y los focos LED, el aislamiento en techos y muros, los electrodomésticos eficientes y la ventilación natural mejoran la eficiencia en los hogares.
Como parte del contraste, la Semarnat identifica desigualdad hídrica en México: 15 estados presentan estrés por agua, mientras el sur-sureste concentra ríos estratégicos como Usumacinta, Grijalva y Coatzacoalcos. La escasez afecta la agricultura; se prevé una reducción de 25‑40% en superficie cultivable, con impactos en la alimentación.
Los incendios también aumentan. Entre enero y agosto, México registró 6,750 siniestros que afectaron más de 1.14 millones de hectáreas, principalmente en Chihuahua, Durango, Guerrero, Sinaloa y Jalisco. Limpiar hojas secas, instalar detectores y usar materiales resistentes reduce los riesgos.
Por añadidura, la degradación ambiental continúa: la pérdida de ecosistemas, el agotamiento de los recursos, la contaminación de agua, aire y suelo, y los eventos meteorológicos extremos demuestran la urgencia de políticas sostenibles y acciones locales para mitigar el cambio climático.
Confort en el hogar
Combatir este fenómeno comienza con hábitos cotidianos. Usar transporte público o bicicleta, reciclar residuos, elegir productos locales y de temporada, plantar árboles y reducir plásticos de un solo uso ayuda a disminuir la huella ambiental.
En el hogar, la sostenibilidad se logra con techos verdes, captación de agua de lluvia, muros trombe y ventilación cruzada. Pintar fachadas con colores claros y emplear materiales reciclados complementan las acciones.
Finalmente, mantener el confort en el hogar requiere soluciones innovadoras. Colocar paneles radiantes en pisos proporciona calor uniforme. Los vidrios inteligentes ajustan la luz según el sol. Las coberturas vegetales en ventanas y cortinas de aire en entradas regulan la temperatura. Un techo ventilado y alfombras térmicas completan la estrategia, optimizando eficiencia y bienestar.