En un mercado cada vez más enfocado en la eficiencia operativa, la sostenibilidad y la reducción de riesgos energéticos, los sistemas de almacenamiento de energía (BESS, por sus siglas en inglés) están emergiendo como una de las tecnologías más prometedoras de la próxima década. Lo que antes era considerado una solución complementaria para energías renovables, ahora se está posicionando como un activo estratégico para empresas e industrias que buscan modernizar su consumo energético y blindarse ante la volatilidad del sistema eléctrico.

Una tecnología emergente con proyección global

El mercado global de almacenamiento de energía ha crecido a tasas superiores al 20 % anual en los últimos cinco años. Según BloombergNEF, se espera que para 2030 el mundo cuente con más de 411 GW/1,194 GWh de capacidad instalada, con inversiones acumuladas por encima de los $262 mil millones de dólares.

México no es la excepción. La saturación de líneas de transmisión en regiones industriales, el aumento de tarifas en horas pico y la necesidad de incorporar más energía renovable están impulsando la demanda de soluciones como los sistemas BESS. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Energía Solar (ASOLMEX), más del 30 % de los proyectos fotovoltaicos en desarrollo están considerando integrar almacenamiento como parte esencial de su infraestructura.

Claves para las empresas: eficiencia y ventaja competitiva

Invertir en almacenamiento energético ofrece beneficios inmediatos y estratégicos:

• Peak shaving: reducción de picos de consumo, lo que evita penalizaciones por demanda máxima contratada.
• Load shifting: compra de energía en horarios de bajo costo para su uso posterior.
• Respaldo y confiabilidad: garantiza continuidad en zonas con sobrecargas o apagones, protegiendo la operación industrial.
• Integración con renovables: permite almacenar energía solar o eólica para autoconsumo, aumentando la autosuficiencia energética.

Estas capacidades no solo reducen costos, sino que también mejoran el perfil ESG (ambiental, social y de gobernanza) de las compañías, un aspecto cada vez más valorado por inversores, clientes institucionales y cadenas de suministro internacionales.

Una industria en expansión: oportunidades de mercado

El avance del almacenamiento energético representa una oportunidad a gran escala:

• Fabricantes de baterías y sistemas inteligentes.
• Empresas desarrolladoras de software de gestión energética.
• Integradores y contratistas eléctricos especializados.
• Proveedores de mantenimiento y optimización de operación.

En México, se proyecta que el mercado de almacenamiento alcance los 3.2 GWh para 2030, con una aceleración impulsada por la política de fortalecimiento de la red eléctrica, los parques industriales y la necesidad de electrificar zonas remotas.

Quartux: liderando la transición con soluciones inteligentes

Empresas como Quartux están a la vanguardia de esta evolución. Especializados en almacenamiento energético, ofrecen sistemas personalizados para cada tipo de industria, desde manufactura hasta retail, permitiendo:

• Instalaciones llave en mano sin inversión inicial (Storage-as-a-Service).
• Monitoreo y control inteligente para optimizar el rendimiento.
• Ahorros comprobables desde el primer mes de operación.

Su experiencia en proyectos industriales y comerciales en todo el país los posiciona como un socio confiable para compañías que buscan transformar su perfil energético de forma eficiente y rentable.

Conclusión

En un entorno empresarial donde la eficiencia energética se traduce en rentabilidad, reputación y resiliencia, los sistemas de almacenamiento como los BESS se están consolidando como tecnologías clave. Su adopción no solo mejora la gestión operativa, sino que prepara a las empresas para un futuro más sostenible y competitivo. Invertir hoy en soluciones como las que ofrece Quartux es dar un paso firme hacia la modernización energética y el liderazgo en un mercado en constante evolución.

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