La Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomendó políticas que impulsen la diversificación productiva.
Además, en sus Perspectivas sociales y del empleo en el mundo (WESO por sus siglas en inglés), la OIT sugiere fortalecer la demanda interna y regional.
Estas estrategias podrían aumentar la resiliencia del empleo y reducir la exposición a choques en el comercio mundial.
Diversificación productiva
Unos 84 millones de trabajadores en 71 países dependen del consumo en Estados Unidos. Así lo indicó la OIT, que advierte sobre los riesgos laborales derivados de la incertidumbre arancelaria. La mayoría de estos empleos están en Asia y el Pacífico, y forman parte de cadenas de suministro globales.
La economía global enfrenta un 2025 marcado por menor crecimiento, más volatilidad comercial y tensiones geopolíticas al alza. Este panorama eleva la incertidumbre. Aunque las tasas de desempleo se mantienen estables, las previsiones laborales se ajustan a la baja. La OIT redujo su proyección de creación de empleo de 60 a 53 millones de puestos.
El recorte refleja una mayor cautela empresarial y una revisión a la baja del PIB mundial, del 3.2 % al 2.8 %. Además, la política comercial ha influido. En abril de 2025, Estados Unidos impuso nuevos aranceles. La medida alteró los flujos globales y provocó una reorganización desigual de las cadenas de suministro.
Economía y aranceles
En América, el crecimiento del PIB también se ajustó, del 2.3% al 1.8%. Pese a ello, el empleo formal ha mostrado cierta resiliencia. Sin embargo, persisten la informalidad y los desafíos fiscales en los países en desarrollo.
México y Canadá encabezan la lista de países más expuestos. El 17.1% de su fuerza laboral (13.3 millones de personas) está en riesgo. Asia-Pacífico sigue con un 2.9%, y Europa-Asia Central con 2.7 por ciento.
Según la OIT, la incertidumbre podría impactar a más trabajadores, y el traslado de empleo a otros sectores podría implicar condiciones laborales de menor calidad.
La economía global muestra señales de enfriamiento en 2025. Esta desaceleración reduce las expectativas de crecimiento del empleo a corto plazo.
Además, aumenta la incertidumbre en el comercio internacional. En particular, los aranceles aplicados por Estados Unidos elevan el riesgo para millones de trabajadores. Muchos de ellos dependen de la demanda final estadounidense.
Según la OIT, en 2023 había 84 millones de empleos vinculados a cadenas de suministro conectadas con Estados Unidos. Este panorama amenaza los ingresos y la estabilidad laboral global.