Agricultores por el Libre Comercio (Farmers for Free Trade), uno de los principales grupo de presión del comercio agrícola en Estados Unidos, pidió a la Administración del presidente Donald Trump quitar su política de subir aranceles e impulsar, en cambio, mayores flujos comerciales con el mundo.
La política agrícola de Estados Unidos se centra cada vez más en los seguros y la gestión del riesgo a fin de proporcionar una red de seguridad a los agricultores necesitados.
El sector agrícola estadounidense figura entre los mayores del mundo y los Estados Unidos son un importante exportador mundial de muchos productos agrícolas básicos.
Aunque su contribución al PIB es pequeña, las actividades agrícolas son muy importantes para la economía local en algunas partes de los Estados Unidos. La protección arancelaria media prestada a la agricultura sigue siendo mayor que la concedida a los productos no agrícolas.
Según Farmers for Free Trade, los granjeros, ganaderos y consumidores estadounidenses se benefician “enormemente” del libre comercio. Los alimentos que Estados Unidos exporta respaldan más de 1 millón de empleos en ese país y el 20% de los ingresos agrícolas estadounidenses proviene de sus exportaciones.
«La evidencia del dolor de una guerra comercial de múltiples frentes se multiplica cada día. Desde que se cancelaron los pedidos de soja en China, a las exportaciones de queso a México, a los precios de los equipos agrícolas, las historias de pérdidas financieras ahora están llegando desde las granjas en todo Estados Unidos. Las acciones de hoy sólo crearán más historias de pesadilla sobre la forma en que los medios de vida de los agricultores serán exprimidos”, dijo Brian Kuehl, director ejecutivo de Farmers for Free Trade.
La organización planteó que los agricultores estadounidenses cuentan con un sistema de comercio global que impulsa las ventas de sus productos de clase mundial, reduce los gastos y proporciona una forma confiable de hacer negocios con sus socios comerciales clave.
«Para los productores de soja como yo, esto es un golpe financiero directo. Esto es dinero de mi bolsillo. Estas tarifas podrían significar la diferencia entre una ganancia y una pérdida para todo un año de trabajo en el campo, y eso sólo en el corto plazo”, comentó Brent Bible, productor de soja y maíz en Romney, Indiana, en un comunicado emitido el viernes.
A largo plazo, añadió, los productores de soja están “profundamente preocupados” de que China continúe sustituyendo la soja estadounidense con la soja de los competidores mundiales de Estados Unidos. Las pérdidas que representan estos aranceles no pueden ni deben ser compensadas por programas gubernamentales. “La frustración está creciendo rápidamente en el corazón, necesitamos que esto se resuelva ahora», dijo.
Farmers for Free Trade afirma que amplía las voces de millones de agricultores, rancheros y empresas agrícolas estadounidenses que desean abrir nuevos mercados para sus productos, simplificar la forma en que hacen negocios y, lo que es más importante, reducir el riesgo y la incertidumbre.
«Los agricultores estadounidenses quieren comercio, no aranceles. Quieren competir y ganar, no estar ‘protegidos’ por Washington D.C. de los mercados extranjeros que han dominado durante décadas. Esto no se resolverá con subsidios o cheques en blanco. Necesitamos que esta Administración ponga fin a la guerra comercial y abra nuevos mercados para que los agricultores puedan volver a hacer lo que mejor saben hacer: vender productos agrícolas fabricados en Estados Unidos en todo el mundo», dijo Kuehl.