La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que en 2020 la tasa de pobreza extrema se situó en 12.5 % y la tasa de pobreza alcanzó 33.7 % de la población de la región.
Ello supone que el total de personas pobres ascendió a 209 millones a finales de 2020; es decir, 22 millones de personas más que el año anterior.
De ese total, 78 millones de personas se encontraron en situación de pobreza extrema, 8 millones más que en 2019.
Al mismo tiempo, según un informe de la Cepal, si se aplica a esos contingentes el porcentaje correspondiente a las personas en situación de pobreza y pobreza extrema que vivían en zonas rurales en 2019, se obtiene como resultado que la pobreza rural aumentó en 6 millones de personas, siendo casi la mitad correspondiente a personas en situación de pobreza extrema.
Pobreza extrema
Así como ocurre en el caso del PIB, los niveles de ambos tipos de pobreza serían todavía más elevados sin las medidas implementadas por los gobiernos para transferir ingresos de emergencia a los hogares.
El recuento de la Cepal indica que los gobiernos de la región implementaron 263 medidas de protección social de emergencia en 2020.
Estas alcanzaron a 49.4 % de la población; es decir, cerca de 326 millones de personas, con un gasto adicional estimado en 86,000 millones de dólares.
Sin esas medidas, las proyecciones de la Cepal muestran que la incidencia de la pobreza extrema habría alcanzado 15.8% y la de la pobreza 37.2 %, equivalentes a 98 millones y 230 millones de personas, respectivamente.
La categoría más afectada por la mayor desocupación que han generado las cuarentenas y otras medidas para frenar la pandemia ha sido el empleo informal -prevalente en la región y compuesto principalmente por mujeres, jóvenes, indígenas y migrantes- así como los puestos de trabajo más vulnerables a la automatización, que por lo general son los de más baja calificación.
“La injusta organización social del cuidado y la falta de apoyo durante la pandemia ha representado un retroceso de una década en inclusión laboral de las mujeres”, afirma la Cepal.
A diferencia de otros sectores, como servicios y comercio, el empleo en el sector agropecuario se ha visto menos afectado por la pandemia, pero debe tenerse en cuenta que el sector tiene un alto nivel de trabajo informal y de empleo migrante y de temporada, sobre todo femenino, que sí se ha visto bastante afectado.