Katherine Tai, titular de la USTR, enfatizó la importancia de que México reanude de inmediato la autorización de productos biotecnológicos.
Todavía la Cofepris de México no ha tomado ninguna decisión sobre solicitudes de autorización de productos de biotecnología agrícola destinados a uso en alimentos y piensos desde mayo de 2018.
Ante todo, la Ley de Bioseguridad de México requiere que la Cofepris tome una decisión sobre una solicitud completa dentro de los seis meses posteriores a su recepción.
El 31 de diciembre de 2020, México publicó un decreto final bajo el cual se revocarán las autorizaciones existentes “para el uso de grano de maíz genéticamente modificado en la dieta de mujeres y hombres mexicanos” y se prohibirán nuevas autorizaciones hasta que el grano de maíz modificado genéticamente sea completamente reemplazado por 31 de enero de 2024.
Productos biotecnológicos
Tai se reunió este miércoles con el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México, Víctor Villalobos, y la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, en la Ciudad de México.
“La Embajadora Tai enfatizó la importancia de que México reanude de inmediato la autorización de productos biotecnológicos”, dijo la USTR en un comunicado.
Estados Unidos está presionando a México para que revoque el decreto y asegure que la Cofepris emprenda y complete su procedimiento de aprobación para productos de biotecnología agrícola sin demoras indebidas y manteniendo un proceso transparente.
Algodón biotecnológico
México rechazó solicitudes para el cultivo de algodón biotecnológico en 2019 y 2020.
El algodón biotecnológico se ha cultivado en México durante 25 años sin evidencia de impacto adverso sobre el medio ambiente, la biodiversidad o la salud animal o vegetal. Estados Unidos continúa presionando a México para que reconsidere estas aplicaciones y utilice un enfoque científico y basado en riesgos.
La reunión entre Tai, Villalobos y Clouthier se llevó a cabo con motivo del primer aniversario de la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El T-MEC, compuesto por 34 capítulos y 12 cartas paralelas, retiene la mayoría de las medidas de apertura del mercado del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y otras medidas, al tiempo que realiza cambios notables en las normas de origen de automóviles, disposiciones de solución de controversias, contratación pública, inversión y protección de los derechos de propiedad intelectual.
También moderniza las disposiciones en servicios, trabajo y medio ambiente. Además se abordan nuevas cuestiones comerciales, como el comercio digital, las empresas estatales, la anticorrupción y la desalineación monetaria.