Chuck Grassley, presidente del Senado de Estados Unidos, urgió a los legisladores demócratas a aprobar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Si el T-MEC no se ratifica este año, corre el riesgo de politizar aún más su votación en Estados Unidos por las elecciones presidenciales programadas para noviembre de 2020.
“Insto a los Demócratas de la Cámara de Representantes y al embajador (Robert) Lighthizer a centrarse en sus preocupaciones específicas y proponer soluciones en poco tiempo, para que podamos aprobar el T-MEC”, dijo Grassley en una audiencia este martes en el Senado estadounidense.
Estados Unidos comparte fuertes lazos económicos con México y Canadá. Cualquier interrupción de la relación económica podría tener efectos adversos en la inversión, el empleo, la productividad y la competitividad de América del Norte.
Además, México y Canadá podrían considerar imponer aranceles de represalia a las exportaciones de Estados Unidos si los Estados Unidos se retiraran del TLCAN, mientras que mantendrían sus tratados de libre comercio con otros países.
Grassley, su prisa
“Cada día que pasa es otro día en que los beneficios del T-MEC no se realizan. Si se intenta reabrir todo el T-MEC, se podría arriesgar a deshacer el acuerdo por completo, lo que no beneficiaría a nadie”, añadió Grassley.
Hasta ahora, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, no ha fijado una fecha de votación para la ratificación del T-MEC. Los demócratas, que tienen la mayoría en la Cámara de Representantes, dicen que quieren mecanismos de cumplimiento más estrictos para las normas laborales y ambientales del pacto.
Trump inició a finales de mayo el proceso de ratificación del T-MEC, pero sin que haya llegado a un acuerdo para ello con Pelosi.
A pesar de que en la práctica, la presentación del proyecto de ley de implementación generalmente se coordina entre el Presidente de Estados Unidos y los líderes de la Cámara de Representantes y el Senado, el presidente Donald Trump entregó al Congreso el Statement of Administrative Action (SSA, por su sigla en inglés) el 30 de mayo.
Este requisito inicial debió cumplirse preferentemente en mayo, para que el proceso de ratificación no se empalme con las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos.
“Nadie, y déjenme enfatizar esto, nadie debería descartar la importancia de un mercado de medio billón de dólares para las exportaciones estadounidenses. He hablado con Pelosi. He apoyado el trabajo continuo de los miembros de ella (legisladores demócratas) con el embajador Lighthizer para aclarar inquietudes pendientes e identificar soluciones bipartidistas. Tengo una mente abierta a ideas viables y estoy listo para considerar posibles mejoras al T-MEC”, concluyó.