El Departamento de Comercio de Estados Unidos amenazó, como lo hace cada cinco años, con acabar con un acuerdo de suspensión sobre sus importaciones de tomate mexicano.
Los “acuerdos de suspensión” implican, como su nombre lo indica, el detenimiento de la imposición de cuotas compensatorias por dumping y/o subsidios contra las importaciones estadounidenses, al alcanzarse un convenio bilateral relacionado con el caso.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos informó a legisladores de su país que tiene la intención de retirarse del acuerdo de suspensión con el cual frenó una investigación antidumping contra las importaciones de tomates mexicanos.
El gobierno estadounidense tomó la decisión, luego de escuchar la preocupación del sector estadounidense del tomate.
Un grupo bipartidista de legisladores ha exhortado al secretario de Comercio, Wilbur Ross, a que no continúe el acuerdo de suspensión de tomates.
En una carta enviada a Ross el viernes, 46 miembros de la Cámara de Representantes y el Senado le pidieron a Ross que reinicie la investigación antidumping contra las importaciones de tomate.
Los legisladores de Florida representan más de la mitad de los 46 firmantes en la carta a Ross.
También muchos de ellos promueven una legislación, llamada Ley de Producción de Producción Nacional Defensiva, que buscaría proteger a los productores agrícolas del estado contra lo que consideran un dumping injusto.
Competitividad de los tomates mexicanos
El tomate es una de las hortalizas más cultivadas en el mundo, con un alto valor económico. México fue el último país de América del Norte en adoptar tecnologías de agricultura protegida; sin embargo, esta industria se ha desarrollado rápidamente con alta productividad, de tal forma que hoy cuenta con una mayor superficie de invernaderos que Estados Unidos o Canadá.
El pacto de suspensión se remonta a 1996, cuando el Departamento de Comercio, bajo la presión de los cultivadores de tomate de Florida, presentó una petición antidumping contra los cultivadores mexicanos de tomate y comenzó una investigación sobre si estaban vendiendo tomates mexicanos en el mercado estadounidense a precios por debajo del mercado.
Los cultivadores de tomate de Florida se quejaron de que los cultivadores mexicanos vendían tomates a precios inferiores a los del mercado. Después de la presentación de la petición en 1996, el Departamento de Comercio y los productores y exportadores mexicanos de tomates llegaron a un convenio en virtud del cual los cultivadores mexicanos acordaron revisar sus precios estableciendo un precio de referencia mínimo para eliminar los efectos perjudiciales de las exportaciones de tomate fresco a Estados Unidos.
El acuerdo de suspensión se mantuvo vigente durante años y se renovó en 2002 y 2008. El correspondiente a 2013 abarca todos los tomates frescos y refrigerados, excluyendo aquellos destinados para su uso en el procesamiento.
También eleva los precios de referencia a los cuales los tomates se pueden vender en el mercado de los Estados Unidos para reflejar mejor los cambios en el mercado desde que se firmó el último acuerdo, a la vez que sigue teniendo en cuenta las temporadas de invierno y verano.
México exportó tomates por 2,017 millones de dólares a Estados Unidos de enero a noviembre de 2018.