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Si EE. UU. restringe el azúcar, México debe responder contra la fructosa: CNIAA

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En el caso de que Estados Unidos imponga alguna barrera a las importaciones de azúcar mexicana, el gobierno de México debe establecer una política espejo contra la fructosa estadounidense, propuso Juan Cortina, presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA).

«Si no nos van a dejar mandar azúcar a Estados Unidos, pues es evidente que la posición de esta cámara y del país tiene que ser de firmeza total en detener la entrada de fructosa que importamos de Estados Unidos hacía México», dijo Cortina en una conferencia de prensa.

México importó volúmenes de fructosa en los últimos tres años que equivalen en promedio al doble de su producción local, de acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura.

En los últimos tres ciclos agrícolas concluidos en septiembre del 2016, las importaciones mexicanas de fructosa registraron una media de 990,000 toneladas anuales, a la vez que la producción nacional de este edulcorante fue en promedio de 507,000 toneladas.

Cortina expuso que a Estados Unidos no le conviene posibles restricciones en las importaciones mexicanas de fructosa, porque tendría dificultades para comercializar ese edulcorante en terceros mercados, dado que se requieren unos tres días como máximo para entregarla sin echarse a perder.

La tendencia de las compras externas de fructosa se mantendrá en la presente temporada. En sus previsiones para el ciclo 2016-2017, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos proyectó que México importará 1 millón de toneladas de este edulcorante.

El comercio de fructosa entre México y Estados Unidos está completamente liberalizado de conformidad con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), mientras que el intercambio de azúcar entre los dos países se encuentra restringido por cupos por parte de las aduanas estadounidenses.

Ambos productos son insumos sustitutos, según la conclusión de un panel de resolución de controversias relacionada con la industria de las bebidas en una disputa pasada entre México y Estados Unidos.

Una de las características de los edulcorantes es que pueden ser sustituidos entre sí, sobre todo en la industria de alimentos y bebidas. Aunque dicha sustitución no es perfecta, por ejemplo, en industrias como la confitería, chocolatera y de repostería se utilizan edulcorantes en estado sólido, mientras que en la industria láctea y de bebidas se pueden utilizar edulcorantes líquidos.

Tal condición sobresale en el comercio bilateral porque la industria azucarera mexicana tiene relevancia económica y social en el campo. Ya se han generado constantes disputas. A la fecha, Estados Unidos no ha querido nombrar a sus panelistas en un nuevo caso del comercio del azúcar-fructosa con México y, por tanto, no se ha podido crear un tribunal especial en el marco del TLCAN, dado que éste no contempla otra alternativa para seleccionar a los jueces.

México tiene dos intentos frustrados para restringir las importaciones de fructosa de EU: uno al poner cuotas antidumping, rechazadas por la Organización Mundial de Comercio (OMC) en el 2001, y otro al fijar impuestos a las bebidas endulzadas con fructosa, por lo cual pagó 169 millones de dólares a empresas estadounidenses.

En México, las empresas Corn Products, Cargill, Archer Daniels Midland y Tate & Lyle producen fructosa.

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