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Energía

MÉXICO INCREMENTA DEPENDENCIA DE GASOLINA DE EE. UU.

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México batió un nuevo récord en sus importaciones de gasolina al sumar 22,638 millones de litros de enero a octubre del 2016, un alza interanual de 8.6%, con una creciente dependencia de este energético procedente de Estados Unidos.

Del total de importaciones mexicanas de gasolina, 74.3% fue originaria de Estados Unidos en el 2013, para escalar a 75.1 y 81.3% en los dos años siguientes, y luego subir hasta 86.3% en los primeros 10 meses del año en curso, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.

Según la Agencia Internacional de Energía, México requiere inversiones “cruciales” para revitalizar el sector mexicano de la distribución y la refinación, cuyos bajos rendimientos han disparado las importaciones de gasolina desde Estados Unidos en torno a 50% de la demanda total.

Entre otros de los suministradores externos de gasolina del mercado mexicano están: Holanda, Bahamas, España, Reino Unido y Singapur.

La reforma energética contempla que en el 2017 se permita la libre importación de gasolinas y diesel y en el 2018 se liberen totalmente los precios de dichos combustibles.

A pesar de que México se ubica entre los grandes exportadores petroleros a nivel mundial, es un importador neto de productos refinados del petróleo, porque no tiene suficiente capacidad de refinación para satisfacer su demanda interna, ni se han hecho las nuevas inversiones necesarias para procesar crudos pesados como el Maya.

En el 2008, la participación de Estados Unidos como abastecedor de gasolina era de 49.4% del total de importaciones mexicanas de este combustible.

México cuenta con seis refinerías con una capacidad total de 1.54 millones de barriles por día, pero en los últimos años ha operado por debajo de su capacidad debido a contratiempos operativos.

La Agencia Internacional de Energía destacó que el periodo de precios más bajos del petróleo ha complicado la reforma energética de México; sin embargo, “no la ha descarrilado”.

Aunque la economía mexicana en su conjunto se ha diversificado de la dependencia del sector de los hidrocarburos, en el 2014 los ingresos provenientes del petróleo todavía representaban en torno a un tercio de los ingresos fiscales; de ahí que la caída de los precios tuviera un impacto considerable tanto en las finanzas gubernamentales (los ingresos fiscales provenientes del petróleo disminuyeron en más de la mitad en el 2015) como en las de las principales empresas energéticas estatales.

Pero la caída de los precios ha tenido un lado positivo. Según la Agencia Internacional de Energía, la disponibilidad creciente de importaciones de gas natural relativamente barato de Estados Unidos ha supuesto un estímulo “muy oportuno” para el sector eléctrico mexicano.

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